jueves, 11 de febrero de 2010

Relato del cedro

Que desolador es ver un corazón,
colgando de un cedro

Verlo balancearse mientras se desangra
buscando un abrigo que lo salve                                                                                                       





Sin contar al que alguna vez lo tuvo
y a quien fue su verdadera amante.

Dueña de un corazon vehemente,
y de un alma brillante

Vaga en su incoerencia,
dueña de sus sueños.


Los mas profundos,
los mas secretos.

Hasta preferir morir
a perderlos.

Morir de pie por ellos,
y sostenerse necio su causa

La mas noble que creyo tener,
y la que selló su destino.

Morir por una mujer,
de pecho bien erguido.

Que asi mueren los hombres,
le dijo un sabio antiguo.

Y colgó su corazón del cedro,
al reparo del viento y del olvido
.






Fín.

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